Los que son amantes del vino, sabemos que el vino tinto se acompaña la carne y vino blanco para el pescado, pero por qué razón lo hacemos así. En nuestro artículo queremos haceros un repaso de cómo afecta el sabor del vino tinto y vino blanco según los acompañemos.
En Bodegas Muñana contamos con una amplia selección de vinos tintos para la carne y vinos blancos para el pescado, pero hay que tener clara nuestra bebida, ya que los productos químicos y el proceso de fermentación al crear un vino, así como los de las carnes y pescados son los que generan los diferentes sabores y reacciones. Así que vamos a comenzar qué afecta a cada producto.
Vino tinto para la carne
El vino tinto cuando se acompaña con la carne suaviza la grasa de ésta, puesto que el vino libera taninos y de esta manera consigue un sabor más intenso. Además, la grasa liberada disuelve la astringencia del vino y potencia los sabores frutales del vino tinto.
El ácido tánico es un polifenol natural que podemos encontrarlo en plantas, maderas, hojas, entre otros, por supuesto en las uvas. Los polifenoles son muy comunes entre los vinos tintos, puesto que en el proceso de fermentación se hace con pieles y semillas de las uvas, los vinos blancos no se producen igual y los polifenoles se encuentran en menor cantidad.
Los taninos no solo se encuentran en las frutas sino también en los barriles de vino y agregan aún más sabor. Éstos son causantes del sabor seco y astringente del vino tinto, normalmente lo sentimos en la parte delantera y central de la lengua.
Por lo tanto, el tanino del vino tinto ablanda la carne y la grasa de la carne suaviza el sabor del vino. Haciendo que ambos ganen y potencien nuestro paladar para disfrutar mucho más del vino tinto junto a la carne. La razón por la que no tomamos vino tinto con pescado es porque elimina los sabores de pescados y mariscos, produciendo un sabor metálico.
Vino blanco para el pescado
El vino blanco es más ácido y reduce el olor a pescado, este último es causado por las aminas de bajo peso molecular y moléculas alcalinas que son capaces de ser detectadas por nuestra nariz. Por ello, es muy común que al cocinar pescado se le añada limón para reducir el olor gracias a su acidez.
El vino blanco no lleva el ácido tánico y actúa como un tensioactivo, por eso es más usual tomarlo con el pescado, ya que reduce su sabor y olor, además de porque son menos grasos que la carne.
Dependiendo del vino blanco para el pescado que elijamos conseguiremos potenciar su sabor y realzar el placer de comer ese plato. Al igual que las carnes podemos encontrar pescados más grasos, y consumir el vino blanco que más se adapte a ese plato.
Normalmente, lo ideal es escoger un vino que sea sutil y delicado, pero que tenga una buena acidez, se recomienda escoger vinos blancos más frutales y aromáticos.
Esperamos que hayáis podido comprender un poco más sobre por qué se recomienda el vino tinto para la carne y el vino blanco para el pescado. En Bodegas Muñana estaremos encantados de atenderles y asesorarles sobre nuestra carta de vino.